«Extorsionan, intimidan y roban» a los chavales del barrio.
Tanto es así que el club de fútbol se ha visto obligado a pedir a los padres que acompañen a sus hijos a los entrenamientos.
Una de estas familias; llegada desde Trapagaran, dónde también «daba muchos problemas», reside desde hace unos 2 años en el número 82 de la calle Llano; la otra vive en el nº 23 de la calle La Paz.
Ambas residen en «viviendas públicas y reciben ayudas económicas también públicas», de ahí que la Asociación de Familias de Cruces le haya enviado una carta a la alcaldesa Amaia del Campo.
El colectivo vecinal entiende que el «Ayuntamiento» tiene los suficientes recursos para obligar a quien mantenga una actitud conflictiva a comportarse correctamente».