Antes del sábado, las familias que ocupan el edificio de la alhóndiga en Barakaldo deberán abandonar el inmueble.
Su situación es límite porque no tienen ni siquiera para comer y una de ellas tiene 3 hijos pequeños. Hosteleros y vecinos de la zona se están volcando en ayudarles Sin embargo, los servicios sociales del ayuntamiento les están dando largas, según denuncia el colectivo Berriotxoak.