La hipótesis que manejan los investigadores es que el incendio empezó por el roce de una rama sobre un tendido eléctrico.
Las chispas provocaron unas llamas que rápidamente se propagaron debido a las rachas de viento de más de 120 km/hora y la sequedad de la vegetación.
El fuego destruyó principalmente extensiones de coníferas además de dos caseríos ubicados en Balmaseda.
Las labores de restauración de la zona quemada se iniciarán durante este invierno y se prolongarán hasta primavera de 2024.
Imágenes aéreas de Balmaseda tras el incendio del pasado 23 de octubre, tomadas por la UVR – Unidad de Vigilancia y Rescate de la Ertzaintza: