Los establecimientos de las calles Obieta, Jado y San Inazio han sido los afectados por el desbordamiento de la ría.
Una veintena de vehículos ha quedado, además, atrapados en un garaje bajo el agua por lo que ha sido necesaria la intervención de los bomberos para achicar el agua.
El incidente ha pillado por sorpresa a vecinos y comerciantes que han tenido que echar mano de lo que tenían a su alcance para sacar el agua de portales y negocios.
Desde la mañana, varios establecimientos han tenido que cerrar sus puertas, por las consecuencias del agua o por la falta de luz.