La valla ha vuelto a ser «reventada»; esta vez con una barra de uña o herramienta similar.
«Esto parece el salto de la valla en Melilla», bromeaba uno de los trabajadores con un paseante, aludiendo al elevado tránsito del paseo y al empeño de muchos por pasar, aún estando realizándose obras.
El paso estaba cerrado con una puerta de malla metálica desde el pasado mes de enero para proceder a estabilizar el talud tras el desprendimiento de rocas ocurrido un año antes.
Durante este tiempo, la valla ha sido forzada en varias ocasiones.
Esta vez los técnicos han estimado que ya no hay riesgo, y el Ayuntamiento de Muskiz ha decidido permitir de nuevo el paso por un paseo de costa muy frecuentado por paseantes y peregrinos del Camino de Santiago.
Las obras concluirán en los próximos días; falta por realizar una prueba de resistencia y arreglar los baches del suelo.