Esta actividad, que carecía de licencia, se venía realizando desde hace mucho tiempo en unos terrenos privados que ni siquiera son propiedad de la persona que regentaba la chatarrería.
El Ayuntamiento le instó a que desalojara la finca dentro de un plazo legal.
Hoy era el último día, y la policía municipal ha procedido a precintar el terreno para evitar que vuelva a ser ocupado.
Y es que no es la primera vez que el consistorio minero clausura la actividad, y esta persona retira el precinto, motivo por el que fue arrestado ya que esta acción constituye un delito.
Igualmente, hoy le ha sido retirado un perro, haciéndose cargo el servicio municipal de recogida.
Tampoco es la primera vez que le incautan animales tras constatarse que no se encontraban en condiciones adecuadas.