Tras la instalación el pasado año de 15 casetas para el refugio y anidación de pequeñas aves, en el Colegio Ruperto Medina; y constatar su utilización, este año se colocarán 20 nuevos nidos.
Son espacios protegidos de curiosos y vándalos que sirven de cobijo a pájaros de pequeño tamaño.
El ayuntamiento busca potenciar la aparición de nueva fauna en la villa y que, al mismo tiempo, los nidos sirvan de lugar de arraigo para la ya existente.
Desde hace unos años, el consistorio persigue también el aumento de la biodiversidad en el municipio mediante la utilización de arbolado con gran número de flores.
Son árboles que, además de tener valor ornamental, proporcionan cobijo y alimento a aves y pequeños insectos; estos últimos son muy interesantes como polinizadores y marcadores de la calidad del aire, que se ve refrendada ,asimismo, por los resultados proporcionados por los ensayos realizados por Gobierno Vasco.
Gracias a las acciones realizadas hasta la fecha, se ha podido constatar la presencia de aves rapaces; en concreto, un mochuelo y un autillo, en las calles jarrilleras.
Los responsables municipales aspiran a que los portugalujos puedan volver a encontrarse con golondrinas y aves insectívoras al pasear por la Villa.