Martin Etxea cumple seis años como espacio de acogida y refugio para personas migrantes y defensores de derechos humanos que requieren protección internacional.
Con sede en Gallarta, cuenta con una capacidad de acompañamiento para 21 personas, y ahora mismo trabaja por la autonomía personal de refugiados llegados desde Colombia, Guatemala, El Salvador, Sahara, Rif, Atlas, Marruecos y Palestina.
Junto con una amplia red de personas voluntarias, acoge, acompaña, denuncia y genera puntos de encuentro entre sus residentes y la sociedad vasca en forma de charlas, experiencias y auzolanas.
En estos seis años, ha acompañado a un total de 45 personas desde que en 2019 se iniciara el proyecto en el barrio de Santa Juliana de Gallarta.
Tras el legado de una casa a la Fundación Mundubat, se inició el proyecto de acogida en colaboración con la red Ongi Etorri Errefuxiatuak; primero con una capacidad de 12 personas, y después, tras el acuerdo de cesión de un nuevo espacio en el mismo barrio, se ha ampliado hasta las 21 plazas actuales.
Con un periodo medio de estancia de año y medio, las personas acogidas reciben un acompañamiento personalizado para la regularización de su situación, formación profesional, atención sanitaria e impulso de la agenda propia de las organizaciones internacionales que las respaldan.
«No se trata solo de acoger sino de que las personas cuenten con un respaldo profesionalizado para recuperar la autonomía sobre sus vidas y sus proyectos», destaca Eneko Gerrikabeitia, parte del equipo de Martin Etxea.
Una vez pasado este plazo, continúan con su vida y proyectos de forma autónoma e independiente.
El espacio cuenta con convenios con los principales centros de formación profesional del territorio como Peñascal, Otxarki, Oruetagana y Somorrostro tanto para la formación de las personas acogidas como para el intercambio de experiencias entre el resto de alumnado de los centros y su profesorado.
Y forma parte también de La Vía Campesina para el impulso de proyectos agroecológicos y de soberanía alimentaria en el amplio huerto y gallinero ecológico del que dispone la casa para el auto abastecimiento y para las actividades de voluntariado.
Durante este tiempo, ha acogido diferentes talleres de emprendimiento ligado al campo del sindicato agrario ENHE Bizkaia.
El huerto y gallinero ecológico conforman también un espacio estratégico como punto de encuentro entre las personas acogidas y la amplia red de personas voluntarias.
Todos los meses se convoca un auzolan para su mantenimiento e intercambio cultural.
«Queremos ser un lugar de encuentro tanto para la red de voluntarios como para la sociedad de Gallarta, Bizkaia y Euskadi, en general, que creen en otras formas posibles de acoger a las personas migrantes que llegan a nuestras ciudades desde otras partes del mundo y de dar refugio a aquellos que deben poner a salvo sus vidas por los conflictos que sufren en sus países de origen», remarca Gerrikabeitia.
Este año, Martin Etxea se constituye como asociación y lanza también una nueva página web para salir al encuentro de nuevas personas que deseen colaborar con el espacio a través de las diferentes actividades programadas.
Trabajan en red junto a Fundación Mundubat, Ongi Etorri Errefuxiatuak, o Asociación Agharas, entre otras, así como con las principales entidades locales de Gallarta como el Banco de Alimentos, Grupo de Personas Amigas del Museo Minero, scouts, grupo de mujeres, Gallartako Koadrilak, colectivo de pensionistas y grupo ecologista.