Impuso a sus propietarios la sanción más elevada nunca antes impuesta por el consistorio santurtziarra; un millón de euros.
Pero la multa se quedó en la mitad por decisión judicial, alegando que el ayuntamiento excedía sus competencias.
En realidad, es el departamento de medio ambiente del Gobierno Vasco quien debe obligar a sus dueños a limpiar la antigua escombrera; presuntamente contaminada con lindane.
Mientras, el PNV prevé darles a estos suelos un uso industrial dentro del planeamiento urbanístico, de forma que se puedan poner en valor.
Un uso público, como un parque o un centro cívico; algo que proponen otras formaciones, terminaría por repercutir en los santurtziarras los gastos de descontaminación, advierten desde el Partido Nacionalista Vasco.