Los residentes del Grupo Aforados recurrieron a los medios de comunicación el pasado mes de diciembre para denunciar que se iban a ver perjudicados por los planes del consistorio.
En el proyecto inicial apenas un metro separaba sus ventanas de los nuevos elementos mecánicos.
Las plantas bajas quedarían por debajo de la cota de las rampas y los primeros pisos a escasos centímetros del pasamanos.
A juicio de los vecinos, esto comprometía la seguridad de sus viviendas, sin olvidar el ruido que deberían soportar dentro de casa.
En las primeras conversaciones, previo a la denuncia en los medios, los técnicos se negaban a modificar el proyecto.
Sin embargo, hoy se han reunido con la alcaldesa y han llegado a un acuerdo .
Finalmente, la rampa se colocará donde actualmente se encuentra la acera y aún les quedarán casi 2 metros de jardín.