ATEA ha interpuesto ante el Servicio de Ganadería de la Diputación Foral de Bizkaia la correspondiente denuncia, tras la aparición días pasados en un camino rural de Retuerto en Barakaldo de una oveja extrañamente descuartizada, decapitada y eviscerada.
Dado que en una de las orejas del animal permanecía intacto el crotal (placa identificativa ganadera), la administración competente ya ha dado con el propietario, que ahora tendrá que explicar si tiene alguna relación con el truculento hecho o le fue sustraído (en cuyo caso debería haber hecho la pertinente comunicación). En cualquier caso, la normativa prohíbe depositar cualquier resto animal (y, por descontado, su sacrificio) fuera de los cauces controlados por la administración, por razones de estricto carácter sanitario.
El caso que nos ocupa es ciertamente extraño, pues el cadáver de la oveja fue depositado en el borde de un camino muy transitado por los vecinos de la zona, troceado, y junto a una bolsa negra que contenía sus vísceras. Lo que parece claro es que no se le dio muerte para ser después consumida (lo que descartaría en principio un sacrificio ritual religioso), ni que los responsables tuvieran especial interés en ocultar el rastro de su fechoría. En espera de que el Servicio de Ganadería de la DFB emita un dictamen oficial, cabe conjeturar con otras posibilidades macabras, como que el pobre ovino haya sido víctima de algo más truculento, como la práctica de alguna variante de magia negra, o incluso un juego de rol.
Por otra parte, ATEA queire hacer público nuestro malestar por la atención telefónica dada por el policía local que atendió su llamada inicial. Además de negarse en redondo a verificar los hechos in situ (“porque aquello debe de oler fatal”), trató con impropia desconsideración a sucompañera, dejándole ver que ya había atendido en anteriores ocasiones a “otras como ella” en temas de maltrato animal. Al serle interpelado por el significado exacto de “como ella”, el agente se limitó a aclararlo: “Como usted: mujeres”. Es por ello que desde la asociación por un trato ético a los animales piensan presentar una queja formal ante el Ayuntamiento barakaldés, pues" no es de recibo que un servidor público ofrezca semejante trato a quien no hace sino intentar cumplir con la ley y que las administraciones competentes hagan lo propio en su papel de gestores públicos".