El ayuntamiento y la ONG AunaR repartirán comida cocinada, procedente de los excedentes de varios restaurantes, a 40 vecinos del municipio.
La iniciativa va a permitir cubrir el derecho básico de alimentación de un grupo de personas que tienen dificultades y a las que desde los servicios sociales no llegan. Por otro lado, se da una segunda vida a alimentos que de otra manera acabarían en la basura.