Tras la primera fase de georradar y otras soluciones tecnológicas no invasivas, esta semana se está llevando a cabo una segunda fase de investigación arqueológica.
Consiste en la realización de sondeos en los jardines de la torre de Salazar.
De los resultados de ambos procedimientos; inicialmente ya se detectaron una treintena de anomalías en el subsuelo, dependerá que se decida realizar excavaciones.
A unos meses para cumplir 700 años, la villa busca conocer qué hay de cierto en la leyenda de la existencia de galerías subterráneas medievales.