Familiares de personas residentes, arropadas por la asociación Babestu, han hecho un estudio sobre 2 residencias barakaldesas.
En una de ellas, por la noches, un gerocultor atiende a 55 mayores; mientras que en el otro centro residencial la proporción es de 35 residentes para un trabajador.
No es ilegal pues no existe una norma al respecto.
Por eso, los familiares demandan a las instituciones que establezcan unos ratios de obligado cumplimiento.
Según sus cálculos, apenas supondría un incremento del 6% en los 2750 euros mensuales que cuesta una plaza concertada.
Ante Ararteko, Gobierno Vasco y Diputación van a iniciar una campaña, en demanda de un mayor control institucional pues, en su opinión, por las noches los mayores pueden sentirse “muy desamparados”.