El fallecido, que vivía solo, llevaba muerto varias semanas cuando se localizó su cadáver.
Olores nauseabundos, moscas y cucarachas son, desde hace años, una constante en los números 6 y 8 de Galindo.
Hace años se retiraron toneladas de basura del piso en cuestión.
Los vecinos se lamentan, ahora, de que una semana después del hallazgo del cuerpo sin vida, ni autoridades ni familiares del difunto han pasado a limpiar.