El cambio en el sistema de subvenciones les ha sumergido en una maraña burocrática que hace imposible su normal funcionamiento.
Según denuncian, “es más sencillo hacer la declaración de la renta que justificar los gastos“ en el consistorio.
En ocasiones se ven obligados a adelantar el dinero de los actos que organizan.
Se quejan también de que a algunas asociaciones les han “quitado” los locales donde se reúnen sin previo aviso.
De momento, 21 colectivos componen la plataforma.