Pero no sólo eso, en el recinto del parque de San Vicente, también aprenden a construir juegos con materiales que tienen en casa; a escribir su nombre en árabe y bereber; o a realizar txapas de su equipo favorito que luego lucir en la solapa.
Y todo ello, gracias a los numerosos colectivos de Barakaldo están dinamizando los Cármenes.