Reunido por primera vez el consejo asesor del plan de emergencia «Itsasertza», creado en 2019 para coordinar la respuesta ante un posible caso de contaminación marítima, la información compartida a día de hoy por instituciones y expertos apunta a que el vertido no ha llegado a Euskadi.
Los pélets, «en niveles muy bajos», que han sido detectados en las playas vascas, entre ellas la de la La Arena, son, «desgraciadamente», habituales desde hace años en nuestra costa.
El propio vicelehendakari, Josu Erkoreka, dice haberlos visto «en navidad en sus paseos por la playa».
Por lo tanto, «consumir pescado es tan seguro ahora como semanas o meses atrás».
A la espera de que los análisis lo confirmen, todo indica que no proceden del contenedor perdido por el buque Toconao en Portugal, que está poniendo en jaque la costa gallega.
El centro tecnológico AZTI, calcula que, «en caso de llegar», el vertido alcanzaría la costa vasca en unos 4 días, en base a la simulación realizada atendiendo a diferentes modelos.
El vertido llegaría, en cualquier caso, en forma de «sacas o regueros», por lo que la intención de las autoridades vascas es interceptarlo en la mar, antes de que alcance las playas.
Con este objetivo, la viceconsejería de pesca ha preparado 2 barcos en el puerto de Santurtzi, dotados con una malla especial, diseñada y desarrollada por AZTI, para recoger este tipo de micropartículas de plástico.
Con todo, municipios y Diputación hacen un llamamiento a la «tranquilidad» porque la información trasladada hasta el momento es «positiva» .
No obstante, se ha reforzado la limpieza y la vigilancia en las playas pues la fase de alerta en que nos encontramos implica la organización de los medios y recursos susceptibles de ser movilizados ante un hipotético suceso contaminante.