Así lo ha reconocido el alcalde, Miguel Ángel Gómez Viar.
Las piscinas tienen más de 30 años, y hasta ahora sólo se han realizado «parches, según ha explicado.
El actual gobierno municipal es conocedor de la situación, y ha encargado a una empresa experta un análisis de las instalaciones.
Es imprescindible conocer primero en qué condiciones están las piscinas antes de realizar una licitación del servicio, ha dicho.
Porque ese es otro de los problemas; el contrato de gestión lleva años caducado.
Y además, un cambio en la ley obligó a suspender los cursos de natación para escolares, la matronatación y la gimnasia para mayores de 65 años, porque se habían venido ofreciendo como un añadido al contrato inicial, y se deben incluir en el pliego de condiciones.
De esta forma, se da la paradoja de que, mientras no existen estos cursillos para los trapagarandarras, vecinos de Ortuella, municipio que carece de piscina cubierta, sí disfrutan de ellos en las instalaciones municipales de Trapagaran.
En suma, realizar una valoración exhaustiva de las deficiencias de la piscina, y convocar un concurso para adjudicar su gestión «va a llevar su tiempo» porque «los trámites son los que son».
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