La diputada de Cultura Leixuri Arrizabalaga, ha respondido al portavoz de Elkarrekin Bizkaia que su función es “velar” por la conservación del patrimonio cultural del territorio y no hacerse con la propiedad de todos los elementos que cuentan con protección.
El edificio, ha añadido, es uno de los cientos de elementos arquitectónicos del territorio que cuentan con algún tipo de protección. “El deber de conservarlo no pertenece a la institución foral sino a sus propietarios”.
Eso sí, la Diputación ha decidido actuar este año mediante una partida incluida en los presupuestos de 1,2 millones de euros, con la cual pretende asumir las “actuaciones necesarias” que eviten su continuo deterioro.