Es la fecha marcada para que esta industria, que tantos quebraderos de cabeza ha causado a los vecinos del entorno, abandone el proceso productivo causante de los malos olores.
Independientemente de que la fábrica más adelante pueda trasladarse, lo cierto es que se pondrá fin a un problema de más de 50 años, que afecta a Ortuella y Trapagaran.