Son muchos los méritos acumulados por Txema Lorente para recibir este reconocimiento.
Su labor incansable, como director de los Barbis, en la conservación y difusión del patrimonio musical de la villa, o, más recientemente, la lucha, junto con su familia, en favor de la aprobación de la Ley de La Eutanasia, que ha puesto a Portugalete en el mapa.
Pero, a lo largo de sus 80 años de vida, ha librado múltiples batallas; en su momento, por ejemplo, abanderó la pelea para lograr enseñanza en euskera en la escuela pública de Portugalete.
“Su “enorme” corazón; “con todo el mundo se lleva bien”, le ha pedido una tregua , y está pendiente de una operación.
Cuando se recupere podrá recibir su merecido galardón, en forma de una alegórica escultura, obra también de otro portugalujo, Juanjo Novella.