El ayuntamiento se ha comprometido a limitar el uso del glifosato, de forma progresiva, hasta dejar de emplearlo en 2022.
En 2015, la Organización Mundial de la Salud (OMS) clasificó este herbicida como “probablemente cancerígeno para los seres humanos”.
Además, tiene graves impactos en el medio ambiente, puesto que afecta a los suelos, el agua y otros seres vivos.