Utilizando diferentes soportes, el Ayuntamiento trata de llegar a esas personas que dejan las bolsas fuera de los contendores, que no recogen los excrementos de sus mascotas o que abandonan muebles en la calle.
Además de concienciar advierte de que no respetar las normas conlleva multas.
De hasta 750 euros por arrojar colillas o peladuras al suelo, orinar en la vía pública o no recoger los excrementos de los perros.
De 750 a 1.500 euros por abandonar muebles y enseres en la vía pública o arrojar residuos desde las ventanas.
Y de 1.500 a 3.000 euros por derramar sobre la vía pública cualquier tipo de residuo industrial líquido o sólido, entre otros ejemplos.