El documento, en cuya elaboración han participado más de 250 agentes públicos y privados, recoge las directrices que orientarán la política turística de la próxima década.
La estrategia define una primera fase de recuperación (2022-2024) para llegar a los niveles anteriores al COVID-19 y una segunda, hasta 2030, con la sostenibilidad, la digitalización y la innovación como elementos clave para la atracción de visitantes.
Como primer paso, este año se pretende recuperar el mercado estatal y reactivar el turismo internacional, para recobrar los niveles prepandemia a finales de 2023.