Ocupan plazas de aparcamiento y, en algunos casos, entrañan riesgos.
La campaña pretende identificar y avisar a los propietarios de los vehículos para que sean ellos quienes los quiten de manera voluntaria, evitándose el pago de tasas por el traslado al desguace.
De lo contrario, la ley es muy garantista y retirar un vehículo abandonado en la calle , debido a la burocracia, acarrea un largo y costoso proceso administrativo que puede durar hasta 8 meses.
En los últimos 2 años, se han detectado 265 coches con síntomas de abandono en las calles jarrilleras; el 80 % han sido retirados por los propios dueños.