Una colonia del bidegorri entre la playa de La Arena y Cardeo se ha visto reducida a la mitad; de 14-15 gatos que había inicialmente, se han quedado en 6 o 7.
Al menos hay constancia de que uno de los animales ha muerto apaleado; el resto de los cuerpos no han aparecido.
Tampoco se sabe nada de las camadas de las gatas que estaban preñadas.
Las alimentadoras se han dirigido al Ayuntamiento de Zierbena para mostrar su profunda «indignación y preocupación» ante los que a todas luces parece «un acto de maltrato animal de extrema gravedad».
En su escrito, les recuerdan a los responsables municipales, que, atendiendo a la ley, el Ayuntamiento de Zierbena tiene la responsabilidad de:
-Garantizar el bienestar y la salud de los animales. Esto incluye la esterilización y el control de las colonias felinas, así como la atención veterinaria y el refugio de los animales abandonados o maltratados.
-Velar por la seguridad de los animales. Esto implica tomar medidas para evitar que sean víctimas de maltrato o violencia, y perseguir y castigar a los responsables de tales actos.
«El lamentable suceso del bidegorri pone de manifiesto el incumplimiento de estas obligaciones por parte del Ayuntamiento», puntualizan.
«La muerte de este gato no solo representa una pérdida irreparable para la comunidad, sino que también evidencia la falta de medidas efectivas para proteger a los animales del municipio», han añadido.
Por ello, exigen al Ayuntamiento de Zierbena que investigue a fondo este caso, tome las medidas legales oportunas contra los responsables del maltrato y refuerce las medidas de protección animal en el municipio».
El consistorio ha dado orden a la policía local de vigilar la zona, y ha emitido una comunicación, recordando que, con el código penal, quien cause la muerte a un animal vertebrado, aunque no fuera doméstico, se enfrenta a penas de prisión y a una sanción administrativa de hasta 100.000 euros.
Sin embargo, los bandos han sido arrancados de los lugares donde habían sido colocados, y han aparecido palos con punta afilada en la zona.
Las alimentadoras, que temen también por su integridad física porque han sido increpadas por algunas personas, han decidido presentar denuncia ante la Ertzaintza para que investigue los hechos.