En un escrito ha solicitado una rectificación a los medios de comunicación que ayer informamos sobre los hechos:
Hacia las 2 de la tarde, “como bien indica la noticia”, se produjeron una serie de detonaciones en el municipio.
“En ningún momento esas detonaciones tuvieron lugar fuera del domicilio, ni en un balcón, ni en una ventana”.
El arma detonadora estaba en posesión del propietario desde 2009, cuando fue necesaria para su labor profesional, y “tras varios intentos infructuosos en los últimos meses de que las autoridades pertinentes incautaran el material no utilizado para apartarlo de un domicilio dónde no podía ser almacenada en las suficientes condiciones de seguridad, especialmente, habiendo personas con demencia senil, se tomó la decisión de detonar todos los cartuchos en una papelera de metal en el interior del domicilio”.
“Desafortunadamente, no se informó previamente a los servicios de seguridad y el ruido que escapó por diferentes ventanas asustó al vecindario, dando lugar al despliegue policial y al susto inicial”.
“Por otro lado, no fueron 15 tiros desde un balcón, como asegura la noticia, sino como recoge el acta levantada, se trató de 34 casquillos detonados y 10 más sin detonar que estaban todos dentro de la papelera de acero ( que probablemente por su acústica contribuyó a aumentar el pánico sonoro)”.
“Se hicieron detonar esos cartuchos con el fin de que nadie en el domicilio saliese herido y, muy especialmente, de que en ningún momento ese arma pudiese ser usada, bajo la falta de facultades jurídicas en las que se encuentra la persona con demencia senil, para agredir a otros”.
“Del mismo modo, ante la negativa de las autoridades a recoger la mercancía, se decidió su detonación ante el peligro de que, de desecharse la caja de cartuchos en un contenedor al uso, un niño, un funcionario de limpieza o cualquier otra persona pudiese resultar dañada al desconocer el contenido de la caja o su correcto uso”.
“Dicho lo anterior, se trató de una maniobra de protección ciudadana que, sí, desafortunadamente, hizo cundir el pánico y desplegar un dispositivo a la medida”.
“Con la calma del fin de las detonaciones, los propios agentes se pusieron en contacto con el propietario que les confirmó los hechos y les hizo entrega voluntaria de la documentación de registro del arma, los casquillos en su totalidad , y el arma ya inutilizada”, así como más material accesorio.
La entrega “ se desarrolló en un marco de mutua colaboración para la recogida completa de todas las pruebas necesarias”.
“No fue necesario hacer uso de fuerza, ni identificar por la fuerza al propietario del arma ni realizar ningún otro trámite que no fuese meramente incautatorio y burocrático”.
Los agentes “reconocieron que no había sido la mejor solución al problema dado el pánico generado».
Es por ello que , «como dice la noticia», cabe «esperar a que se ejecute la sanción en base a la Ley de Seguridad Ciudadana, pero se realizará por el dispositivo policial necesario y no por la amenaza de nadie ni a nadie o por haber efectuado disparos fuera de un terreno privado (domicilio)” .
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