De las «frecuentes inspecciones» que se hacen «de manera periódica y a demanda de los vecinos» a los locales de hostelería de Zaballa, han derivado expedientes de sanción en algunos casos y un par de locales no han vuelto a abrir desde entonces.
No obstante, los responsables municipales reconocen que «la mayor queja no es por el ruido que se emite dentro de los locales, sino por el ruido que los clientes hacen en la calle».
Respecto de la mayor presencia policial en la zona reclamada por los vecinos, desde la Policía Local aseguran que » se han hecho operaciones de refuerzo de fin de semana, pero hay que tener en cuenta que la plantilla sigue con un déficit de más de 20 agentes y que eso se nota en la imposibilidad de atender todas las necesidades que se pueden dar».
«La policía acude cuando se la reclama», afirman desde el área de Seguridad Ciudadana, «pero en ocasiones no puede llegar justo en el momento de la pelea porque están atendiendo otro servicio en ese momento».
«La escasez de recursos humanos hace que no se pueda incrementar la vigilancia de manera permanente en las zonas de ocio de Barakaldo», concluyen.