La decisión de rescindir el contrato a la actual empresa adjudicataria fue avalada por el Consejo de Dirección del IMD el pasado 27 de marzo sin la oposición de ninguno de los grupos políticos municipales y fue motivada por el incumplimiento del contrato por parte de la compañía en cuestiones como la no apertura de un servicio de Spa, pese a tener a su disposición las instalaciones necesarias y contar con la obligación de hacer una inversión económica para su puesta en marcha.
El Gobierno local tiene claro que el gimnasio debe seguir operativo y ha venido trabajando desde entonces en una fórmula administrativa que permitirá su continuidad, ya que los vecinos y vecinas no pueden pagar los platos rotos de los incumplimientos de una empresa.