EHBildu propuso hace casi un año la colocación de mallas bajo las barandillas para evitar que plásticos y basura caigan al agua, especialmente durante las fiestas, ya que la zona en cuestión es un espacio habitualmente usado para hacer botellón.
El Ayuntamiento ha recogido el guante, y esta semana ha comenzado a colocar unas rejillas, que guardan la estética de la barandilla, a lo largo de 200 metros de paseo.
El coste de esta actuación asciende a 20.000 euros.