De esta forma, los escolares podrán desarrollar actividades de ocio y aprendizaje en un entorno seguro, acorde con las necesidades actuales.
Con una subvención del 90% procedente del Gobierno Vasco, el consistorio ha adquirido la carpa por cerca de 44.000 euros.
La idea es que, una vez superada la pandemia, pueda ser utilizada para acoger actos culturales en el pueblo.