Y lo ha hecho sin previo aviso y sin dar ningún tipo de explicación a los vecinos del grupo Seber Altuna.
Han pasado 15 meses y aún siguen esperando respuesta.
Las escrituras que obran en poder de los vecinos demuestran que la zona asfaltada circundante a su edificio es de su propiedad, sirviendo para facilitar el acceso a los locales de la planta baja.
Así ha sido durante 40 años , pero en noviembre de 2020 el Ayuntamiento eliminó el rebaje de la acera y lo sustituyó por un bordillo.
Lo consideran un “robo a sus derechos”, máxime si la pretensión es peatonalizar un espacio que no es de dominio público.
Especialmente sangrante es la situación de uno de los vecinos; discapacitado en grado II y con una minusvalía del 65 %, “ha pasado los dos últimos años de operación en operación”, pero la ambulancia no puede acceder al portal y en ocasiones han tenido que sacarle de casa bajo la lluvia en unas condiciones lamentables, según denuncia su esposa.