Para ello ha encargado un estudio a la empresa Tecnalia.
Además, la alcaldesa ha solicitado una reunión con Gobierno Vasco para conocer los datos recogidos en el cromatógrafo instalado junto a la ikastola Goikolanda.
Un aparato que mide no solo la posible contaminación sino también el olor,y que se instaló el pasado mes de octubre.