Triste final para una lucha que mantuvieron durante meses profesores, padres y alumnos.
El abandono del proyecto educativo por parte de las hermanas de La Caridad, junto con el elevado alquiler que debían pagar por el edificio a su propietaria; la fundación Miranda, les obligó a emprender movilizaciones para pedir el apoyo de las instituciones.
No dieron su fruto y, finalmente, los alumnos han acabado diseminados por centros de la comarca o matriculados en el colegio Rontegi de Barakaldo, que fue la opción que les dio el Gobierno Vasco.
Los docentes han terminado engrosando las listas del paro.
Por su parte, aunque aún no se ha aprobado formalmente, la Fundación Miranda tiene proyectado destinar el edificio del colegio a un nuevo centro geriátrico.