Ubicada en la dársena de Portu en homenaje a los 26 presos del bando franquista muertos por un ataque de las fuerzas republicanas al barco-prisión Cabo Quilates, fue derribada en una acción de las juventudes de la izquierda abertzale el pasado mes de marzo.
Los populares lo consideran «un ataque a la convivencia» y un desprecio a la «memoria histórica» .
El Gobierno Vasco condena «sin paliativos» este «sabotaje» pero entiende que la competencia para su restauración recae en el Ayuntamiento, atendiendo a criterios democráticos.
No obstante, con anterioridad a su destrucción, el consistorio ya había anunciado la intención de sustituir la cruz por paneles informativos en recuerdo de estos hechos ocurridos durante la guerra civil.