EHBildu ha encargado un análisis a un laboratorio y los resultados son contundentes; la presencia del pesticida tóxico es 17 veces superior a la permitida por ley.
El origen de esta contaminación está en la escombrera Etxe-Uli, que 22 años después de la sentencia por un delito contra el medio ambiente que condenaba a sus propietarios, aún no se ha descontaminado.