El número 15 de la calle Juan Crisóstomo Arriaga, dónde reside el presunto pirómano de Sestao, fue objeto de una renovación integral con ayuda del Gobierno Vasco hace unos años; cada propietario aportó, entonces, una media de 14.000 euros.
Tras el incendio de hace un par de semanas, la fachada ha quedado ennegrecida, y varios elementos comunes del inmueble, incluido el portal, han resultado dañados.
Los vecinos han consultado a Sestao Berri, la sociedad pública que lideró en su día la renovación del edificio.
La entidad les ha informado de que el seguro comunitario costeará las reparaciones necesarias.