Los propietarios del establecimiento A la Brasa manifiestan haber invertido una “importante cantidad de dinero para solventar las deficiencias” detectadas por el consistorio, pero aun así el viernes se vieron obligados a cerrar el local.
Aseguran desconocer cuál es la razón de esta segunda orden de cierre.
Tras la primera acaecida en el mes de enero, según manifiestan, llevaron a cabo “una medición acústica para no molestar, y sustituyeron la salida de humos”.
Desde el viernes el local está precintado por la Policía y en su interior ha quedado un importante volumen de género, que no han podido sacar, sin olvidar a los proveedores y a los propios trabajadores del establecimiento.
Respuesta del área de Desarrollo Sostenible y Medio Natural
La memoria entregada en este momento es incompleta y es contradictoria con la documentación inicial que presentaron
Han vuelto a poner en marcha la actividad sin haberse levantado la clausura expresamente y se les ha ratificado la clausura previa a expensas de poder resolver las contradicciones recogidas en las documentaciones presentadas, así como de imponer las medidas correctoras a la actividad que mitiguen las molestias generadas por la misma (principalmente los olores).