Realizan habitualmente cuestaciones para recoger dinero y este sábado celebrarán una comida popular.
El templo; que tiene 250 años, precisa unos 30.000 euros para subsanar varias deficiencias; entre ellas, la presencia de termitas.
También es necesario derribar el coro pues presenta peligro de caída.
El obispado, propietario de la ermita, asegura no contar con fondos para su rehabilitación.