Ya desde el franquismo comenzó su lucha.
Después, instaurada la democracia, reivindicó los derechos de las mujeres, detrás de la pancarta, pero también ante ministros, consejeros del Gobierno Vasco, diputados o alcaldes.
Como presidenta de la asociación Clara Campoamor, dio protección y acompañó a cientos de mujeres en los procesos judiciales contra sus agresores y maltratadores.
Nacida en Bilbao, terminó viviendo en Barakaldo tras exiliarse en Francia por las amenazas de los asesinos y violadores de niñas y jóvenes para los que consiguió largas penas de prisión.
De hecho, como contaba en una entrevista en febrero de 2023 con nuestra compañera también fallecida Yolanda Alicia, el complot para matarla se orquestó en el patio de una cárcel: