Creen que algunas de las directrices que inicialmente tiene previstas Diputación les «afectan seriamente», y ponen en peligro la pervivencia de su sector.
Entre ellas, se muestran preocupados por la obligatoriedad de que los sementales sueltos en el pasto público sean de razas autóctonas, cuando los ganaderos de la Zona Minera tradicionalmente trabajan con ganado limousin por su mayor rentabilidad cárnica.
También advierten de los elevados costes económicos que tendrían que afrontar si sólo se permite el pasto libre durante 4 meses al año; algo inviable, destaca José Antonio Quintana, para los ganaderos extensivos.
Apelan al ente foral para que tenga en cuenta también sus necesidades, y, en este sentido, han comenzado a recoger firmas con el fin de que en el nuevo plan se reconozca el derecho de pastos que históricamente les asiste a los vecinos de Ortuella, Abanto y Trapagaran.