Amenazas, coacciones para quedarse con todos los pisos del bloque, insultos, robos, impagos de alquiler o de comunidad, pese a contar con ayudas sociales para el pago de vivienda, y cuantiosos destrozos, sin olvidar las evidentes dificultades para convivir por el ruido, la suciedad, los enganches ilegales de luz y la ocupación de elementos comunes de la comunidad y de los espacios públicos, eran los episodios que describían.
Se lamentaban de que la familia conflictiva estaba protegida por “la justicia y las ayudas”
Los propietarios relataban a TELE7 que habían «llorado lágrimas de sangre” por la impotencia y por la preocupación.
Se han cansado de presentar denuncias en la Ertzaintza pero ni ha habido detenciones por los reiterados delitos que han sufrido, ni mucho menos sentencias judiciales que les amparen.
A día de hoy, según ha asegurado una vecina a la redacción de TELE7, seguían «campando a sus anchas», aparcando sus furgonetas en cualquier sitio o adueñándose de espacios comunes porque «la calle es suya, el parque es suyo…».
Durante años han presentado denuncias en la Ertzaintza y escritos en el Ayuntamiento de Barakaldo, alertando de que «iba a pasar algo», pero nunca obtuvieron respuesta.