Acabó la guerra, pero comenzó una dura represión: cárcel, incautaciones, rechazo social y depuración de funcionarios municipales.
Prácticamente, toda la población jarrillera fue investigada, como explicaba a TELE7 el archivero municipal Roberto Hernández Gallejones:
Hoy se han cumplido 83 años de la toma de la villa y se ha celebrado un acto en el monolito del centro cultural Santa Clara para conmemorar, que no celebrar, esta efeméride.
Entre las consecuencias de la entrada de los franquistas en Portugalete, el alcalde, Mikel Torres, destacaba lo más de 500 niños portugalujos que se vieron obligados a huir.