El año había comenzado bien; en enero los autobuses vizcaínos habían recuperado el 81% de la demanda de 2019, año record.
Y en febrero se había alcanzado el 86 %.
Pero, con el encarecimiento del combustible, en marzo la demanda se ha disparado hasta el 95% .
La situación afecta también a la propia flota; ahora es mucho más caro llenar los depósitos de los autobuses, pero Diputación no tiene intención de repercutirlo en el precio del billete.