Los agentes han inspeccionado dos establecimientos de la localidad.
En uno de ellos, visualizaron unas bisagras en la encimera de la cocina, bajo una freidora y junto a dos fogones de gas. El compartimento oculto se abría utilizando un mando a distancia que accionaba una cerradura.
En su interior los guardias civiles localizaron 190 cajetillas de tabaco sin declarar, de distintas marcas, preparadas para su venta al público.
En el segundo de los locales, los agentes hallaron debajo de la barra una bolsa con 39 cajetillas de tabaco sin declarar.
La venta en el marcado ilícito de este tabaco hubiera alcanzado un beneficio económico de unos 1.100 euros.
La Guardia Civil señala que estos actos ilegales suponen un grave perjuicio para los estancos y quioscos de venta autorizada.