Gracias a este centro escolar santurtziarra hemos podido conocer de primera mano cómo es un protocolo anti-covid dentro de las aulas.
Y en el caso de Bihotz Gaztea Ikastola se ha cuidado hasta el más mínimo detalle.
No sólo se han establecido las llamadas “burbujas” o grupos estables de convivencia , como indica el Gobierno Vasco, sino que este centro ha ido más alla´; se ha fijado en Navarra y ha dividido la ikastola por bloques, separando los flujos de alumnos, de forma que un positivo no obligue a cerrar todo el centro.
La pandemia ha coincidido con una remodelación integral de la ikastola , lo que ha facilitado las distancias entre alumnos en clase; no obstante, en las clases que aún no han sido remodeladas, se han derribado paredes si así se ha visto necesario.
Compartimentar la ikastola, incluido el patio y el comedor, ha obligado a duplicar el número de monitores; Esto ha encarecido el recibo que pagan los aitas porque aún no ha llegado la ayuda prometida por el Gobierno Vasco.
3 limpiezas diarias, quien se encarga de airear las aulas , al menos durante 10 minutos cada hora, todo está detallado en un pormenorizado protocolo que tuvieron que readaptar a finales de mes cuando Educación estableció nuevas normas, en vista de los malos índices de la pandemia en agosto.