La guardia urbana ha recuperado las que en el argot policial se denominan “korrikas”.
Y “han vuelto para quedarse” porque, aunque suspendidas durante los momentos más complicados de la pandemia, forman parte de la estrategia del área municipal de seguridad ciudadana encaminada a una policía cercana y de proximidad.
De hecho, desde el Ayuntamiento se invita a los portugalujos a acercarse a los agentes en la calle y transmitirles directamente sus inquietudes.
Las patrullas a pie se retomaron en agosto en determinados barrios y horarios; a partir de octubre se han extendido a la totalidad del municipio jarrillero.