El niño ha permanecido con el brazo atrapado cerca de media hora aunque, en realidad, el trabajo de los bomberos apenas ha durado 10 minutos.
El atrapamiento no se ha producido al cerrarse las puertas sino al abrirse.
El pequeño se encontraba dentro del vagón y el brazo se ha quedado dentro del espacio resultante cuando se produce la apertura de puertas. Los bomberos han tenido que utilizar un cojín neumático para abrir más hueco entre la puerta y el vagón, y liberar al pequeño, que ha estado muy tranquilo en todo momento.
El protagonista, de 7 años de edad y vecino de Sestao, ha sido trasladado al hospital de Cruces, acompañado por su madre, pero como medida meramente protocolaria.
Presenta una lesión en el hombro, que no reviste gravedad.
Un suceso que, afortunadamente, ha quedado en una anécdota para contar.