Algunos de los actos se trasladan al sábado 2 de julio.
Ya hubo una edición extendida justo antes de la pandemia, pero lo cierto es que entre los miembros de Berriztasuna Dantza Taldea, histórico organizador de la multitudinaria festividad que cada 1 de julio abarrota las calles de Portugalete, hay mucha ilusión y “nervios” por recuperar la “normalidad”.
También han previsto una sorpresa que tiene que ver con el aurresku que se le baila a la virgen una vez desciende del barco, pero no han querido revelar los detalles.